Uno de los ejercicios clave para la escoliosis es la elongación lateral. Este movimiento, que se puede realizar de pie o sentado, implica estirar el torso hacia un lado mientras se mantiene la columna en una alineación correcta. Este tipo de elongación ayuda a mejorar la flexibilidad de la columna y puede contribuir a aliviar la tensión en la musculatura lateral, favoreciendo una mayor simetría en el cuerpo.
Los ejercicios de respiración profunda también son beneficiosos para quienes tienen escoliosis, ya que favorecen la expansión del tórax y mejoran la capacidad pulmonar. Practicar la respiración diafragmática ayuda a movilizar la caja torácica y puede proporcionar una mayor sensación de alivio en la zona dorsal y lumbar.
Otra opción útil es el fortalecimiento del core, que incluye el trabajo de abdominales y la musculatura de la espalda baja. Un core fuerte aporta estabilidad a la columna, lo que ayuda a reducir la carga en las áreas afectadas por la escoliosis y mejora la postura general.
Integrar estos ejercicios para escoliosis en la rutina diaria, bajo la supervisión de un profesional, es ideal para promover una columna más fuerte y flexible. Con el tiempo, los ejercicios pueden marcar una gran diferencia en la calidad de vida, aliviando las molestias y mejorando la alineación corporal.

