Incorporar ejercicios de movilidad y fortalecimiento en la rutina diaria es una excelente manera de combatir los efectos de la artrosis. Uno de los ejercicios más beneficiosos es la flexión y extensión de los dedos: abre la mano lo máximo posible y luego cierra lentamente formando un puño, manteniendo la posición por unos segundos antes de soltar. Este movimiento ayuda a mejorar la circulación y a mantener la flexibilidad de las articulaciones.
Otro ejercicio útil es el «pellizco» con una pelota de goma suave o una banda elástica. Al apretar estos objetos entre los dedos, se trabaja la fuerza en los músculos de la mano, contribuyendo a estabilizar las articulaciones y aliviar el dolor. Además, los estiramientos suaves, como colocar la mano en una superficie plana y levantar cada dedo lentamente, son excelentes para mejorar la flexibilidad.
Aplicar calor antes de realizar los ejercicios puede ayudar a reducir la rigidez inicial, mientras que el frío después de los ejercicios ayuda a disminuir la inflamación en las articulaciones. También es importante realizar estos ejercicios de manera suave, sin forzar las manos, y detenerse si aparece dolor agudo.
Con constancia y un enfoque adecuado, estos ejercicios pueden mejorar considerablemente la calidad de vida de quienes padecen artrosis en las manos, ayudándoles a recuperar parte de la movilidad y a reducir el malestar diario.