Una rutina de ejercicios para el dolor lumbar puede incluir movimientos suaves como estiramientos de piernas, flexiones pélvicas y torsiones controladas, que ayudan a liberar la tensión acumulada en los músculos de la espalda baja. Realizar estiramientos de la cadera y el glúteo también puede ser beneficioso, ya que muchas veces el dolor lumbar proviene de una falta de flexibilidad en estas zonas. Incorporar ejercicios como el puente o la plancha fortalece el core y brinda soporte a la columna vertebral, lo cual es esencial para evitar lesiones.
Además, realizar ejercicios de movilidad como el gato-camello o el estiramiento del niño ayuda a liberar la presión en la zona lumbar y mejorar la flexibilidad de la espalda. Estos ejercicios, si se practican regularmente, no solo alivian el dolor, sino que también ayudan a prevenirlo al mejorar la resistencia y el control en los movimientos cotidianos. Es importante recordar que cada ejercicio debe realizarse de manera suave, sin forzar los movimientos y prestando atención a la respiración para relajar la musculatura.
Dedicar unos minutos al día a estos ejercicios puede marcar una gran diferencia en el alivio y la prevención del dolor lumbar, permitiendo disfrutar de una espalda más fuerte y flexible.